Pues yo estuve en Sol...

…Y me sorprendí.

En un principio por la cantidad de gente que pisó la plaza durante los días en los que me decidí a hacer bulto como buen ciudadano protestando. Buena acogida para empezar.

Creo que para el 14 de Mayo todos habíamos notado (vía redes sociales y diversos instrumentos informativos) que la cosa iba en serio, que no iban a ser cuatro gatos (Como se pintó en los medios) y que la organización estaba presente y era notoria. Hashtags en Twitter con el nombre de #spanishrevolution pecaban de efectistas, pero, ¿por qué no? Nos lo tomamos en serio: Llegamos a creer en una revolución de esas que salen en los libros de historia. Más aún cuando recibíamos noticias de todos los frentes en toda la Península de casos similares, movidas por el relativo éxito de la primera y genuina.

Protestas muy bien organizadas en un principio: abastecimiento de comida, comisiones, asambleas… Con claro sabor a victoria del pueblo, ya fueses de una mano o de la otra. Marxistas y falangistas apoyando el cambio del sistema, unidos mano a mano frente al reloj donde tocan las campanadas cada año.

La finalidad de esta acampada pasa a ser pues, de la promoción del voto al partido minoritario y las críticas contra el actual bipartidismo de nuestro estado a una propaganda apartidista, oportuna para muchos, y que hace que el tribunal electoral las prohíba para el siguiente Domingo.

Siete días de gentes en las calles, y la cosa no cambia, es más, calculé una hora aprox. desde que entré en Sol desde Preciados y salí por Arenal el Sábado 21. Se podría decir que el asunto estaba que ardía. Y de repente… ¡ZAS! Batacazo. Sale uno de los bipartidos, con aplastante mayoría. A día de hoy retumba PSOE: fractura, división de ideas, encuestas que piden la dimisión de nuestro presidente aplastantes…

Mientras tanto en Sol se mantiene la postura de la acampada al menos una semana más.

En general he de decir que no me han gustado mucho ciertos aspectos del ambiente que he sentido estos últimos días. No se me entienda mal: leí el manifiesto, me informé, y apoyé la revuelta no violenta y pacífica, estuve allí varias horas cada día, añadí mi firma a la lista de manifestantes y aplaudí cuando consideré que había que aplaudir.

Pero, salvo el Sábado quizá, la impresión que me dio fue de infantilidad y caos. Dios me salve de tener algo en contra contra el colectivo perroflautiano, pero defiendo que muchos se cargaron parte de la credibilidad de la idea.

Noté demasiada gente joven, más que yo incluso, muchos ideales, mucha utopía y mucho sentimiento. Me recordó a la manifestación contra el Plan Bolonia frente al ministerio un par de años antes. “Hay que hacer ruido sin importar las consecuencias, que se nos oiga”.

Y en parte estoy de acuerdo, pero los tenderetes a lo mercado medieval, la gente tirada a su bola en grupos de colegas fumando (Y aplaudo cien por cien el no permitir el botellón), los chinorris con carrito gritando “¿Servesa, servesa fría?, ¿servesa sexy?”, comisiones de teatro que siempre parecen tener cabida, los grupos apartidistas haciendo propaganda aprovechando el tirón… Mucha gente se pasó en plan turismo, a ver que se cocía, sacarse fotos con los amigos y subirlas a las redes sociales para poder decir que estuvieron y sentirse parte de esa historia que tanto se proclama que ha recibido un nuevo episodio. En fin, que no noté seriedad absoluta. Algunos momentos evocaban las yincanas de mi barrio.

Da rabia el hecho de que de una vez por todas nos hemos decidido a golpear con el martillo de feria, pero la campana no ha sonado. A pesar de todo el bipartidismo ha vencido, y con un muy mal (aunque respetable para muchos, claro está) candidato.

Quiero eso sí agradecer a todos los que como yo, sentían que esto era importante, a los que vieron que nos tenían que escuchar, no solo temer. Quiero ovacionar a las comisiones de limpieza, a los que se tomaron en serio la revuelta y trataron de impedir que se bebiese, o se diese mala imagen. Para todos aquellos, un sonoro aplauso.

¿Y ahora? Ahora no sé. Está claro que esto no queda aquí, y que se ha asentado un doloroso precedente para los de arriba. Tiempo al tiempo.

[caption id=“” align=“aligncenter” width=“496” caption=“Foto por Nestor J. Santana.“]Foto por Nestor J.
Santana.[/caption]