Boceto de mi opinión sobre el Canon Digital
”Benjamín Prado asegura: “No seamos ilusos, estos soportes van destinados en el mayor número de ocasiones a la copia ilegal…”
Señor Benjamín, no sea iluso, el mayor número de ingresos por escuchar un tema no va destinado al autor. Dejen de valerse de falacias y absurdas contradicciones, y no traten de negarlo; no es una leyenda negra.
Señores de las sociedades de gestión, están valiéndose de unas leyes y
pensamientos sensibles
al apartado económico, que no es más que el punto al que derivan todos
estos argumentos.
Los derechos vulnerados no son sólo los de los autores.
Ustedes defienden los “derechos económicos” de dichas sociedades, y que
ven peligrar. Realmente no están haciendo más que pasar la pelota.
Los que pasamos a tener dichos derechos vulnerados somos los
consumidores, y los que
pasan a tener un apartado económico deplorable son los comercios y
fabricantes.
Por favor, traten de elaborar un “proceso de compensación” más “sano”,
a ser posible consensual, y ante todo, no metan al estado de tercero,
puesto que en dicho debate ya se demostró la inadecuación de ésta
práctica al hecho tratado. En el peor de los casos se les calificará
coloquialmente de “mafia”.
Tengan en cuenta, que me considero ciudadano, y en muchas ocasiones autor, al igual que muchas personas. El progreso viene del consenso y la superación, y no, como he llegado a escuchar en ese debate, de la propiedad privada.
Como ejemplo subjetivo, soy usuario habitual del Peer to Peer. Descargo
discografías, de las cuales elimino muchos CDs de contenido de baja
calidad, o de ámbito comercial. En ciertas ocasiones llego a comprar un
CD excelente de dichas discografías en mi afán cultural, siempre que el
precio no me es prohibitivo (lo cuál no sucede en muchas ocasiones, a
pesar del poco éxito del contenido, el tiempo pasado desde su primera
edición…) A pesar de todo, no me encontrarán al día siguiente
vendiéndolos, se lo aseguro.
Después de eso, poco, o más bien nada, es el material “ilegal” (Defino
ilegal con sus términos; material protegido por los Derechos de Autor)
que verán en mis dispositivos digitales sensibles a su canon. Siempre y
cuando el video de veinte segundos de mis conocidos y yo en un concierto
musical, disfrutando (previo pago de una entrada), y grabado en un
soporte óptico, no viole su idea.
A pesar de ello, ustedes, con toda la palabrería y pedantería con la que se camuflan, me están llamando ladrón.
Les aseguro que ni yo, ni el más de un millón de firmas recogidas en la plataforma “Todos Contra el Canon” somos los únicos que defienden este punto de vista.
Gracias por su atención. Atentamente, un consumidor, un ladrón.”
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